Por la situación que estamos viviendo en todo el mundo, es normal que ronde por nuestras cabezas la idea de correr la fecha, pero si llevas un tiempo leyendo mis posts… ya sabes como soy.
¡No vamos a cancelar la boda, todo sigue como lo planeamos!
» Nos casaremos en una villa en Perú iluminados por velas»
Pero este virus nos está jugando en contra con los preparativos, sabemos que está primero la salud y seguridad de nuestros invitados, hasta septiembre queda tiempo y creo que lo lograremos.
«Mi vestido no lo voy a mostrar, la foto es de la primera prueba y me puse muchos»
Nos ha afectado como es normal, en nuestros trabajos y vida diaria. En detalles como la prueba del vestido que sigue pendiente y aunque se que mi vestido esta listo ya en Madrid, sigue dándome nervios esos retoques que faltan hacer ( más si sigo comiendo así).
Y de las damas de honor ni hablar: son cuatro y al estar en puntas diferentes del mundo ha sido imposible avanzar incluso las que venían de Perú ya perdieron un vuelo en la fecha de prueba.
«El organiza todo mejor que yo, yo debo preocuparme en llegar de blanco»
Por otro lado la #Cuarentena me ha enseñado que mi futuro esposo ¡tiene paciencia de santo! Y que le va bien hacer cuadros de Excel ordenando todo…
Las vídeo llamadas a cada proveedor para ajustar detalles son eternas y aunque ya en Perú vimos en vivo todo, siempre es mejor asegurarse con los detalles.
Nos faltan cosas como los recuerdos. Hoy que hablamos con unos amigos por vídeo nos decían que hacen más manualidades que nunca. Si esto se alarga quizá me lo proponga de proyecto para esta cuarentena.
Pero claro, la pregunta es ¿llegaremos?
Oremos para que pase todo esto.