Si algo les puedo recomendar en esta vida es vivir todas las experiencias posibles, y tener de ello los mejores recuerdos… no te quedes con las ganas de nada, come, baila y sobre todo viaja.
Hoy les quiero hablar de mi pasado viaje a finales de enero de este año, me fui a Colombia a buscar nuevo aire y sentirme renovada. Les compartí mucho de esto en mis redes sociales así que si me siguen desde hace un tiempo se deben acordar.
Lo que no les compartí y que les quiero contar, es que en ese viaje y como siempre que voy a Colombia visite a mi querido amigo Hernán Zajar, conocido diseñador Colombiano con el que trabajé aquí en Perú. Ya es costumbre para mi que en todas mis visitas verlo, amarlo, apachurrarlo y fastidiarlo… al entrar a su atelier una tradición es no dejar un solo rincón sin curiosear, me mido y pruebo todos sus diseños.
Es un maestro que ah llevado sus colecciones a países como Italia, Inglaterra, Estados Unidos, México y el resto de Latinoamérica y tuvo el detalle de hacer me un vestido para mi, ajustado a mi medida.
¡No hay nada como utilizar un vestido cocido para ti con amor!
Hernán, siempre ha tenido como visión la belleza de la mujer bajo la sensualidad femenina y para ellos emplea el uso poco convencional de colores y texturas que lo hacen único, cómo digno hijo de su tierra Colombiana.
El plus como diseñador que tiene Zajar es que ningún otro diseñador combina como el los tonos naranjas y el fucsia, con verde, amarillo o azul turquesa, representando con ello el folklor, destacando su nombre a nivel nacional e internacional.
Su diseño que marca las formas de una mujer y volados que dan ese toque femenino, combinando cómo ya mencione de una forma única los colores, me encanto y quedé enamorada de su trabajo.
Colombia y para especificar Cartagena se robaron mi corazón.