Hemos pasado de la sorpresa a la tristeza.
El mensaje de La princesa Kate ha dejado a todos con la lágrima a brote, después de todas las especulaciones, al fin tenemos la verdad, y aquí algo en lo que todos tienen una opinión diferente, los tiempos, esos que son clave en la imagen de una institución como Kensington Palace, a mi parecer mal gestionado, dejando demasiado tiempo a la imaginación y las teorías que llevaron hasta profecías de Nostradamus.
Hablemos del mensaje en sí, la puesta en escena y todo lo que no se dice con palabras…
Sentada en un banco al aire libre, rodeada de paz y lejos del barullo que ha causado su ausencia, así se ha querido mostrar, y sola, siendo fuerte ante la adversidad, cuando ha mencionado a su esposo a sido de raspón para que sepamos que esta a su lado y creo que el freno lo ha puesto al contar lo difícil que ha sido explicarlo a sus pequeños, es un cerrar bocas, sutil pero poderoso.
Porque todos entendemos lo que es pasar un dolor así en familia.
¿Ustedes se han puesto a pensar lo doloroso de pasar por una enfermedad en el ojo público?
Pues vamos a favor de la empatía y que esto sirva para fortalecer la lucha contra el cáncer y sobre todo recordarnos LA PREVENCIÓN.
La ropa y hasta el asomo del anillo de Diana son los gestos medidos y todo responde a la producción de la BBC que sabe mejor que nadie transmitir a la familia Real.
Oremos por ella y todos los enfermos.